Dime algo y lo olvidaré, enséñamelo y lo recordaré, convénceme y lo comprenderé.

​

Los anuncios no necesitan espectadores, necesitan participantes; se hacen no para ser enseñados, sino para que trabajen. La creatividad consiste en provocar actividad mental y emocional. No es verdad que añada un factor de riesgo a un anuncio, añade un factor de seguridad. El riesgo está en el anuncio plano, en el que lo quiere decir todo sin dejarse nada. Lo que siempre distingue a un anuncio creativo es que es abierto, incluso ambiguo.

​

La buena publicidad, la que funciona, siempre ha sido y será interactiva. Si la publicidad no atrae la atención, todo lo demás es teoría. No hay que tener miedo a ser provocativo, pero hay que asegurarse de que la provocación proceda del producto. La publicidad se hace para los consumidores, no para los clientes ni para otros publicitarios.

​

Descubre a uno de esos creativos con vocación. Un copy con experiencia y criterio en dirección de arte y medios audiovisuales, marketing on/off, BTL/ATL, digital, RRSS, street marketing y cualquier otra acción de comunicación que se nos ocurra. Alguien que disfruta con su trabajo, con cada campaña, anuncio o folleto; sin apariencias, sin neuras. Pero con neuronas. 

​

Un creativo. Y punto.